Todo lo que comemos engorda, porque todos los alimentos aportan calorías, excepto el agua. Es cierto que la fruta es rica en azúcares simples, y por ello aporta calorías, pero éstas son de fácil y rápida metabolización. Por ejemplo, una manzana aporta de unas 50 a 75 kcal, es decir, equivale a unos entre 10 y 15 gramos de azúcares, que es lo que contiene un sobre de azúcar para el café.

Son muchas las frutas que aportan menos calorías que la mayoría de los otros alimentos, pero algunas tienen más aporte calórico e índice glucémico, y hay que evitar comerlas en exceso, ya que pueden contribuir a aumentar el peso corporal.

Hay muchas frutas con bajo contenido calórico, como la sandía, la papaya, la guayaba, el pomelo, las fresas, el albaricoque, la naranja, la mandarina y la piña, que aportan entre 40 y 50 kcalorías por cada 100 gramos de fruta.

Otras, como los plátanos, los higos, uvas, dátiles, aportan entre 65 y 90 kcalorías por cada 100 gramos de fruta. Sin embargo, esto no significa que haya que prohibir  esas frutas que tienen más aporte calórico, simplemente hay que comer la mitad de lo que se come de otras frutas menos calóricas, ya que algunas como los plátanos son uno de los alimentos más ricos en potasio.

Además, hay que destacar que se deben comer las frutas crudas y no preparadas con azúcar, cremas, chocolate o fritas, ya que son esos ‘adornos’ los que aportan un alto contenido calórico.

Por tanto, no hay un buen argumento para no comer fruta porque ‘engorda’. Esa afirmación no es válida, ya que aunque las frutas en general aporten cierta cantidad de calorías, también van a proporcionar vitaminas, fibra, minerales, antioxidantes y otros nutrientes que se necesitan para una alimentación adecuada, y eso es lo más beneficioso.

La cantidad que podemos comer a diario es bastante flexible, siendo aconsejable unas 3 a 5 raciones diarias y, en caso de dietas de adelgazamiento, elegir aquellas frutas con menor aporte calórico e índice glucémico.

Lic. Nut karina López Monteza
CPN 2543